La exposición que presenta Tiempos Modernos durante PHotoEspaña constará de fotografías seleccionadas conjuntamente con el nieto del autor, Teo Allaín Chambi, responsable de su archivo. La muestra arrancará con la inauguración el día 26 de mayo a las 19.30h.
Las fotografías fueron realizadas entre 1925 y 1943, un periodo que está considerado como la edad de oro del gran fotógrafo peruano.
Las copias producidas para la exposición han sido realizadas por el laboratorio del fotógrafo Castro Prieto a partir de las placas de cristal originales, que con tal motivo han viajado a España.
Debido a la práctica inexistencia de copias de época del autor, hemos tomado la decisión de hacer copias analógicas para acercarnos lo más posible a la calidad de los originales del autor.
El formato base será 40 x 50.
Esta exposición que se inaugurará en Tiempos Modernos es la primera que se celebra del autor en España, en una galería comercial.
Martín Chambi: Un nombre en la Historia
Martin Chambi es uno de los grandes nombres de la historia de la fotografía. Su consagración se produjo, sin duda, a raíz de la exposición que le dedicó el Moma de Nueva York en 1979. La muestra –impulsada por la Fundación Earthwatch Expedition, fue el resultado de revisar 6.000 placas del autor durante dos meses. Una pequeña parte de su trabajo.>
Los dos hijos de Martín Chambi, Julia y Víctor, trabajaron en la difusión y preservación de la obra de su padre. Esta gesta ha sido continuada por Teo Allaín Chambi, nieto del fotógrafo quien ha conservado escrupulosamente el caudal: “Todo se conserva en las cajas que dejó mi abuelo, con su propia clasificación de puño y letra. Son alrededor de 30.000 placas; más 12.000 a 15.000 fotografías en rollos…”
Chambi utilizó preferentemente a lo largo de su carrera negativos de placa en formato grande. Una característica compartida por algunos de los más importantes fotógrafos de la historia como Walker Evans, Richard Avedon, August Sander, Eugène Atget, Ansel Adams. Chambi empleó cámaras Kodak con placas de 18 x 24 cm. y de 13 x 18 cm. así como una ICA AKT de 10 x 15 cm. El negativo grande es una incomparable fuente de información fotográfica. Hacia el final de su carrera también trabajó en formatos más pequeños como el negativo de 6 x 6 en una Rolleiflex y el 35mm con una Leica. De esta manera, “Chambi recorrió incansablemente el país de los incas a lomos de mula, en circunstancias difíciles, llevando consigo su enorme e inmanejable cámara.”
Muy pronto, Chambi se convirtió en el fotógrafo predilecto de Cusco. “Indios, mestizos, blancos, todos posan ante él.
Su primer empeño eran los indios, con quienes se sentía unido por lazos de sangre y cuyas vidas parecían ser para él el motivo fotográfico más importante”. Entre su primer estudio que abre en 1920 en la calle Heladeros hasta el definitivo de la calle Márquez donde se instala en 1925 (donde contaba con su propia galería de arte), Martín Chamba desarrolla una exitosa carrera que le convierte en el mejor fotógrafo de Cuzco.
Sin embargo, no es suficiente para él. Mientras triunfa como retratista, Chambi comienza a desmarcarse del resto de sus colegas con el abundante trabajo que realiza para sí mismo, donde escoge sus motivos fotográficos sin esperar nada a cambio. Sale a las calles de la ciudad para capturar escenas y vistas inusitadas: “Sus fotos de detalles y de perspectivas de la arquitectura de Cuzco constituyen una novedad absoluta, no sólo en la historia de la fotografía peruana, sino de toda América Latina.”
En 1928, Martín Chambi toma parte de la primera expedición oficial que se realizó al Machu Picchu. Sus imágenes arqueológicas tienen una fuerza extraordinaria. Gracias a estos trabajos “personales”, su obra se convierte en universal. La época de oro de Chambi se da en la década de 1930. Es su periodo más brillante.
Su carrera sólo decae hacia 1950 junto con el histórico terremoto que ocurre en Cusco. Martín parece derrumbarse junto con los campanarios de las iglesias.