Descripción
Martín Chirino nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1925, junto al mar, en un medio familiar tradicionalmente ligado al mundo de los astilleros del Puerto de La Luz. Este conocimiento, desde muy niño, lo capacitó para el uso de la herramienta y le introdujo en un mundo que lo llenaba de asombro y pasión por la artesanía del hierro y la talla de la madera. Circunstancias que fueron decisivas en la trayectoria del escultor, puesto que los dos factores que mejor definen su obra son las continuas referencias a su tierra, cuya cultura ancestral ejerció una poderosa influencia, y el uso del hierro forjado como medio de expresión plástica, un trabajo artesano de tradición española, que, como dijo Antonio Saura, supo sintetizar con las más actuales preocupaciones espaciales.
Martín Chirino parte del hierro como metal conductor de una obra que busca su máximo potencial expresivo con un mínimo de materia. Sus esculturas, por lo común de grandes dimensiones, responden a un doble impulso: por un lado, el diálogo con el arte primitivo y los materiales y el paisaje nativo de las Islas Canarias, leídos con los ojos de la evocación imaginativa y la memoria de aquél artista adolescente que soñaba con mover el horizonte de su playa; por otro, un poderoso impulso síginico que genera todo tipo de geometrías espaciales, por lo general curvas (espirales), capaces de iluminar el espacio que las rodea y de ser a la vez, para quien las contempla, enigma y revelación.